Cuanto más sofisticado y tecnológico sea el mundo, más necesidad tendremos de aferrarnos al mono que fuimos (aquí piense en un "hooligan"); cuantos más años cumplimos, más deseos tenemos de redescubrir la infancia (aquí piense en usted mismo viendo un partido). Para las dos cosas el fútbol es un artículo de primera necesidad, un juego de naturaleza muy elemental que revuelve emociones ancestrales. Al que no le guste su precariedad, siempre podrá jugar a la "PlayStation".
La belleza del fútbol resulta difícil de explicar, pero es muy fácil de descubrir.
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