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viernes, 13 de abril de 2007

FRANCISCO VILLAESPESA: Celos

Al saber la verdad de tu perjurio,
loco de celos, penetré en tu cuarto.
Dormías inocente como un ángel,

con los rubios cabellos destrenzados,
enlazadas las manos sobre el pecho
y entreabiertos los labios.
Me aproximé a tu lecho, y de repente

oprimí tu garganta entre mis manos.
Despertaste. Miráronme tus ojos.
Y quedé deslumbrado,
igual que un ciego que de pronto viese
brillar del sol los luminosos rayos!
Y en vez de estrangularte, con mis besos

volví a cerrar el oro de tus párpados.

Francisco Villaespesa

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